PARA MI ALIS

Empecé a estudiar idiomas porque recién salí del colegio sentía que era para lo único que era bueno, a mis compañeros les parecía que inglés era algo muy difícil, para mí lo difícil era resolver casos de factorización, hacer la contabilidad de una empresa fictícia y descifrar fórmulas en física y química. También me apasionaba el dibujo, era mi hobbie adolescente, mi manera de contar lo que pasaba por mi mente, así no entendiera muy bien lo que pasaba por ese nido de palomas. Todavía conservo mi paquete de dibujos en hojas plastificadas, no tenía técnica ni sabía de materiales ni nada, pero me gustaba dibujar para mí. Por esta razón también quería estudiar artes plásticas, pero preferí una carrera supuestamente con mejores perspectivas laborales y fue así como empecé a estudiar Lenguas Modernas en la U de Caldas.

Al principio tomé el énfasis de francés, en la universidad no sólo hay que estudiar la estructura de la lengua que uno escogió, sino también su cultura, su historia, su literatura, su lógica. En una clase de literatura francesa conocí a tu mamá, que se sentaba cerca de mí con su grupo de amigas, era una chica pequeñita de ojos bellos pero tristes. La profesora de literatura francesa estaba un poco mal de la cabeza, no preparaba clase e improvisaba mucho, entonces yo empecé a exponer y a preparar clase para que mis compañeros no murieran de aburrimiento y fue la excusa perfecta para hablar con tu mamá. 

Un día le llevé una chocolatina Jet y le enseñé el juego de la lámina: tú le regalas una Jet a alguien y le dices que su personalidad es la descripción de lo que aparece en la lámina. Ya no recuerdo el animalejo o el cuerpo celeste que salió esa vez en la lámina, pero así fue que empezamos a conocernos, jeje. Laura siempre iba y venía pero nunca se quedaba después de clases, siempre tenía algo que hacer. Al poco tiempo supe que su vida no era tan relajada como la mía, que me la pasaba en la U con mis amigos tomando café y fumando en el jardín botánico. Ella no podía hacer eso, tenía que trabajar y estudiar, además de ocuparse de su bendición, un monstruo rosadito de botas de caucho de tres años.

Un día caminando por la avenida 23 te conocí, venías de la mano de tu mamá con tu cara de puchero, seguramente porque querías que te cargaran, nunca te ha gustado caminar, siempre has sido la locha en pasta. Te saludé, tenías el cabello corto, increíblemente lacio y unos ojos redondos, grandotes, llenos de luz. Te toqué una piernita, literalmente, te toqué una pierna y empezaste a llorar, seguramente te rocé con alguna aspereza en las manos o en las uñas y entre sollozos decías “me arañóóóó…”, qué niña tan mimada, pensé, y tan llorona… pero linda. 

Tal vez no recuerdes muchas de las cosas que vivimos juntos cuando eras muy pequeña, cuando te hacía el almuerzo, te llevaba en hombros al jardín o me tiraba al piso a verte dibujar mamarrachos (también conservo la carpeta con tus garabatos, esos dibujos son un tesoro, son como dije al principio, la forma cómo veías el mundo, tus alegrías y tus miedos). 

Yo siempre he sido un loquillo, he ido por la vida haciendo lo que me da la gana, mis decisiones no siempre han sido las más acertadas pero la vida me ha enseñado a no arrepentirme de nada y a no aferrarme al pasado, porque el pasado ya no está, desapareció, no lo podemos cambiar, no vale la pena y no tiene sentido aferrarse a algo que ya no está y sólo nos causa dolor o angustias. No sé si existe el destino, si lo que somos o hacemos es inevitable, lo que sé es que un día ustedes llegaron a mi vida o yo llegué a la de ustedes para crear algo juntos. Querer a alguien, amar a alguien es encajar muy bien con esa otra persona, ofrecerle a la otra persona lo que uno tiene y a ella le hace falta. 

En cierta medida todos estamos averiados un poquito y buscamos lo que nos hace falta en otras personas. Los que no encajan y deciden quedarse juntos terminan dañando las piezas, se rompen, se deforman, y es posible que después no puedan encajar bien con alguien más. Tal vez yo necesitaba una familia, tal vez tu mamá necesitaba a alguien que la amara con paciencia y dedicación, tal vez tú necesitabas un papá de repuesto. 

Te amo feito, no eres mi hija biológica pero en tí veo mucho de lo que yo soy, mis defectos y virtudes, hemos compartido tantísimo juntos que a veces me da miedo haber hecho las cosas mal, haber tomado malas decisiones sobre cosas que te pueden afectar después, pero como dije antes, al pasado pasado, ya estuvo. 

En el mundo hay dos tipos de personas, estás tú y están los demás. Todos en algún momento van a tratar de meterse en tus asuntos, algunos con razón y otros con intenciones de hacerte daño. Te van a mostrar qué decir, cómo pensar, cómo actuar. Escúchalos, de pronto lo que tienen que decir es importante, habrá cosas que te sirvan y otras que no, pero siempre toma tus decisiones sola, porque eres tuya y de nadie más. 

Vendrán pruebas muy difíciles, nos han dado la libertad de escoger, pero la libertad que conocemos está llena de limitaciones, de restricciones, no siempre podremos alcanzar lo que anhelamos, pero bueno, ya encontraremos otros caminos. Escoger un oficio o una carrera, a las personas adecuadas. Cada intersección en este camino te va a llevar a lugares desconocidos, a veces a callejones sin salida. Observa todo con calma, a veces es sólo cuestión de devolverse un poco y tomar otra ruta, echar reversa y seguir buscando.

Nosotros somos tus papás y te amamos sobre todas las cosas, pero muy pronto ya no vamos a poder decidir por ti, es tu vida, es tu mundo y tienes que vivirlo de la mejor manera, porque la vida es muy cortica y no vale la pena hacer un infierno de nuestro paso por este planeta. Hoy cumples 15 años, jueputa, eso es un montón de tiempo y sin embargo, es muy poco, aún te faltan muchas cosas por vivir. 

Recibe siempre lo bueno, aleja de ti todo lo malo, construye tu propio código y busca siempre la tranquilidad, la calma. No quiere decir lo anterior que un poco de caos y desesperación no sean buenos, de todas estas etapas oscuras y tristes de nuestras vidas también aprendemos bastante, y de eso se trata, de no volver a caer en los mismos errores.

Cumplir 15 años no es la gran cosa, es importante, sí, pero en nuestra cultura todas estas celebraciones lamentablemente tienen un trasfondo tradicionalista y determinista, de eso hablaba con tu mamá hace unos días. Hay mucha simbología detrás de esta celebración, para muchas es un día que marca el inicio de una tragedia, porque como mujeres van a ser vendidas o alquiladas, tratadas como objetos sexuales, controladas por sus familias o sus parejas. Hay mucho que tenemos que aprender como sociedad, como individuos, porque lamentablemente vivimos en un país infinitamente desigual e injusto, pero sobre todo ignorante, un país extremadamente religioso pero que no conoce la espiritualidad.

A las niñas en nuestra cultura se les enseña la obediencia ciega, el silencio, la abnegación, a no decir nada porque calladas se ven más bonitas, dicen. Convertirse en mujer es casi una tragedia en esta parte del mundo, pero no tiene que ser así si tu no lo permites. Hoy no quiero celebrar que te “conviertas en mujer”, hoy quiero celebrar tu libertad, tus decisiones. Un espíritu libre no conoce fronteras, ve más allá de los prejuicios, juzga siempre con el corazón pero también con la razón. 

Cuenta conmigo siempre, como papá, como amigo. Por favor no nos veas nunca como un ejemplo ni como personas que pretenden tener siempre la razón, porque a fin de cuentas los seres humanos no somos más que un amasijo de defectos. Estoy muy feliz y orgulloso de tenerte en mi vida, de que me hubieran permitido hacer parte de esta familia. Te quiero, niñita 🖤 

Leito, el mono perico.

Envigado, 17 de septiembre de 2020

Acerca de leoloaiza
Dodecte de idiomas, traductor freelance. Autor de Poemosca (2009); Poca tinta, antología de ciberpoesía (2012); Las sencillas costumbres, antología de poesía (2015). Manizales.

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